domingo, 21 de agosto de 2011

Depuradora plantas acuáticas






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miércoles, 17 de agosto de 2011

Conservar semillas de tomate

  • Escoger el mejor tomate de las 2 o 3 mejores plantas.
  • Sacar la semilla y ponerla en un plato con su jugo.
  • Con los días aparece una tela de hongos beneficiosos para la posterior germinación ya que elimina la cubierta natural de la semilla que la protege.
  • Entonces se limpia de hongos y del jugo.
  • Se seca en un papel.
  • Se pone a secar en un lugar seco.



martes, 19 de julio de 2011

Raíz de Consuelda (Symphitum officinale)



































Hemos hecho pasta de consuelda para usarla de cicatrizante para heridas. 
Esta planta es conocida desde la antigüedad por sus propiedades regenerantes y cicatrizantes.
Para ello utilizamos la raíz de la consuelda (1) Symphitum officinale.

Los pasos son simples:
(2) Se pela parte de la raíz (de ser posible la parte más alta), y se corta (3) en pequeñas tiras de unos 5-6 cm de largo y unos milímetros de ancho.
(4) Se machaca con el mortero antes de utilizarla.
(5) Debe quedar una pasta pegajosa y oscura.
(6) Aplicar a la herida para que quede adherida (en este caso la oveja tenía el cuerno algo desprendido. Se deja algunos días. Esto ayudará a acelerar la cicatrización.

jueves, 19 de mayo de 2011

Depuración de aguas grises y jardín circular

En el Instituto de Permacultura el reciclaje es un concepto central. Esto también se aplica al reciclaje de las aguas residuales de la casa. Para el “agua gris” que viene de la ducha, de la cocina y de la lavadora hay un sistema bastante sencillo – el jardín circular.

Durante nuestro curso de diseño hemos reformado los jardines circulares que reciben el agua residual de la casa principal.




jueves, 12 de mayo de 2011

Gallinas

Presentación:

A nuestro lado, en la terraza de abajo, a la que llamamos zona 2, viven nueve gallinas. Huerfanas de alguna compañera y sobre todo del único gallo que teníamos, héroe inolvidable, caído en su última batalla contra el zorro. Pasan sus días en búsqueda de energía y proteína entre sus pies. Pico abajo y piernas que rascan el suelo durante el día y sobre un palo o la rama de un árbol por la noche; todo dentro de su gallinero, en eterna lucha por defender los equilibrios y las jerarquías que se han establecido entre ellas. Días sencillos y al mismo tiempo complicados, llenos de descanso como de peleas violentas, con un ojo en la comida y otro fuera de la red metálica, mirando hacia arriba con la esperanza de que la providencia o quien sea les traiga un nuevo encargado de casa, protector y amante.


¿Por qué gallinas?

Aunque necesitan atención diaria, ellas nos proporcionan huevos frescos cada mañana, carne si la queremos, e incluso hacen un buen trabajo de limpieza y de mejoramiento del suelo, ya que trituran y mezclan materia orgánica, comen insectos y parásitos, dejándonos además caca que resulta ser muy útil para nuestro compost.



¿Qué y dónde comen?

La alimentación es, obviamente, un factor fundamental para el crecimiento de la gallina. La idea que se pone en práctica en esta finca es de no alejarse mucho de la que siempre ha sido la dieta de las gallinas silvestres, proporcionándoles una mezcla de nutrientes vivos para aportar elementos energéticos, otros para los elementos proteicos y grava que favorece su proceso digestivo. Así que por la mañana les damos trigo germinado (generalmente después de haberse mojado por un par de días), y controlamos que dispongan de grava, mientras que por la tarde (la hora varía según de la temporada en la cual nos encontramos) les proporcionamos todos lo que son residuos orgánicos de nuestra cocina y un otra parte de trigo germinado. En situación normal después de esto la gallinas se dejan salir para que puedan nutrirse libremente eligiendo lo que más le gusta (es interesante notar como se dedican primero a comer todo lo que llamamos “verde” antes que el grano); mientras comen, les dejamos dentro por evitar que destrozen las plantitas recien plantadas y por eso tenemos que preocuparnos de administrarles lombrices o, si el tamaño del gallinero nos lo permite, dejar directamente un vermi-compost dentro del gallinero mismo. Si en el curso del día acumulamos otros desechos orgánicos seguiremos entonces tirándoles aún por la tarde, asegurandoles el “verde” del que no pueden disfrutar si quedan encerradas. Por supuesto tenemos también que preocuparnos que tengan agua disponible. El trigo y el agua seran servidos en comederos suspendidos fuera del alcance de las ratas, comedero que podremos hacer nostros mismos de forma muy sencilla.
















El gallinero:

Como ya se ha dicho está en la zona dos, un par de terrazas abajo de la casa. Su tamaño es más o menos de unos treinta metros cuadrados y está delimitado por una red metálica de unos tres metros de altura; en su interior encontramos una pequeña casita de madera con tres cuevitas artificiales donde ellas pondrán sus huevos cada mañana, algunos palos y un árbol donde ella se subirán para dormir. Desde el mismo árbol caen dos cuerdas donde se cuelgan los comedores. En nuestro caso también hemos organizado un vermi-compost que queda por su mitad adentro de la estructura, protegido por un somier y paja que les vamos quitando poco a la vez porque ellas cada dia puedan picotear.



Nuestra tarea con ellas:

Cada día les damos de comer dos veces, una por la manana temprano y una despues del mediodia, momento en el cual tambien recogemos los huevos puestos. Igualmente en cada momento que se pasa al lado del gallinero revisamos que esten en buenas condicones,que tengan agua y que estè limpia. En nuestro caso no nos alimentamos de su carne por lo que no requieren tareas pendientes relativas a esta condición.


Problemática:

Los más probables que pueden ocurrir son relativos a sus movimientos en las horas en las cuales se las deja libres, de echo a ellas les encantan nuestras hortalizas, así que hay que pensar en sistemas de corrales que las tengan alejadas de nuestros cultivos. También hay que pensar en un sistema de corrales que les proteja de los posibles ataques depredadores, mejor si se dispone de una valla eléctrica. Otros posibles problemas podrían ser la cercanía con otros animales de nuestra finca porqué hay casos en los cuales se pasan parásitos muy dañinos, por esto habrá que estudiar bien las “asociaciones” entre los animales y los espacios.



Las nueve gallinas:

En nuestro gallinero como ya hemos mencionado anteriormente, viven actualmente nueve gallinas en las que conviven tres razas distintas: penedès, que son de color negro, empordanesas, que se distinguen por sus patas amarillas y las prat que tienen patas azules y crestas muy marcadas. Dentro de estas distinciones existe una relación jerárquica entre ellas, en la que las prats son las dominantes, siguiéndolas las empordanesas y en lo más bajo las penedès.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Un día en el Instituto

Amanece un día más en el Instituto de Permacultura Montsant, uno más de esta cuarta semana de las diez que pasaremos en nuestro aprendizaje. Anoche nos asustábamos de lo rápido que pasan los días. El tiempo vuela.

Si bien ninguna jornada es igual a otra, sí que tenemos una rutina establecida.

Somos un grupo de ocho aprendizes de orígenes y trayectorias diversos, bien avenidos y con buen humor.

Empezamos la mañana ajustando los ritmos en el desayuno en nuestra casita, una vez que han sido atendidas las gallinas por los encargados de las mismas durante la semana, pues es labor rotativa. Ellas- las gallinas- suelen estar de buen humor matinal y reciben la visita con ansia de grano y agua fresca.

Una vez desayunados y listos, subimos hacia la sala que nos sirve de aula, biblioteca, zona de estudio y conexión a internet, etc. que está en una zona más alta de la finca, anexa a la casa principal (la casa de Inés y Richard, los artífices de todo ésto).

Allí, a las ocho de la mañana, nos desperezamos y nos sacudimos los restos de sueño con unos estiramientos que nos preparan para el trabajo. No hay día que no nos echemos unas risas con las ocurrencias de unos u otros.


Ya estirados y prontos para el trabajo, se reparten las tareas de la mañana.

En semanas anteriores dos personas y ahora sólo una, de forma rotativa, se encarga de cocinar para todos.

Para el resto, la mañana discurre trabajando en diferentes cosas: preparar la tierra, hacer compost, reparar estructuras, construir, sembrar… y todo lo que está por llegar.

Los trabajos se realizan en la finca misma o en otra algo más alejada y de características diferentes.

Nos permitimos un descanso a media mañana para reponer fuerzas y nos sirve también de punto de encuentro.

Sobre la una de la tarde, suena nuestro código (uuuuhuhuhuhuhu) que llama a compartir la mesa, es el momento de sentarse y disfrutar de los productos de la huerta, bien frescos y preparados por el cocinero/a de turno (nuestra visita al “supermercado” pasa por coger una cesta, cuchillo y pala e irse a recorrer la huerta con la mente abierta y buscando inspiración).


Puede decirse que ,tanto los que ya sabían algo como los que apenas tenían experiencia aprendemos cada día nuevas formas de cocinar y comer, por no hablar de los descubrimientos en cuanto a cosas comestibles que antes ni sospechábamos- la dieta se compone básicamente de productos frescos de la huerta, cereales, legumbres, huevos y lácteos, aunque no renunciamos a algunos extras-.


A las tres de la tarde comienzan las clases,tras una sobremesa breve que cada uno aprovecha como prefiere.

Las clases, porque de alguna manera hay que llamarlas, son en el aula/biblioteca, bien con Inés, bien con Richard y son el contenido del Certificado de Diseño en Permacultura, aprendemos la teoría de lo que hacemos en la práctica por la mañana, es el método de aprender haciendo.


Las clases pueden ser una charla, un paseo por la zona, una actividad… alguna vez se sustituyen por una labor urgente o trabajo necesario en el momento.

También a media tarde hacemos un descanso breve y luego continuamos hasta las siete.


Después nos queda algo de tiempo para nosotros: que si colada, que si estudiar, que si repasar apuntes, organizarse, la limpieza básica (el aseo clivus), la ducha (solar o de leña), algunos hasta echan un partidito.

Y así son nuestros días sencillos, sin necesidad de frigorífico, ni lavadora, sin televisión, con energía solar, agua de manantial… y un ambiente de avidez de aprender, de charlas sobre ésto o aquello, anécdotas de unos y otros, distintos acentos y lenguas maternas, bromas y proyectos, alguna clase extra espontánea, ganas de una banda de música y mil cosas más.

Definitivamente, los días se nos quedan cortos.